Muchas veces, en la necesidad de incorporar elementos de seguridad a nuestro hogar, nos entusiasmamos con la gran variedad de funciones disponibles, y terminamos comprando costosos equipos seducidos por una cantidad de herramientas que en realidad no vamos a utilizar, y sin saber bien cuales son las ventajas de cada uno. Hoy es muy fácil caer en el error de adquirir algo que realmente no vamos a usar, que no necesitamos. Entonces, ¿qué hay que tener en cuenta para elegir una cámara de seguridad?
Lo primero que hay que determinar, la cantidad de cámaras que vamos a necesitar. Luego, debemos saber que en este momento hay dos tecnologías que lideran el mercado.
La elección de una u otra dependerá de la tarea que vayamos a encarar:
El llamado CCTV (circuito cerrado de televisión) es el sistema análogo, que cuenta con 50 años de experiencia. En este sistema (también llamado "circuito cerrado") todos los componentes están enlazados. Puede estar compuesto por una o más cámaras de TV que se conectan a monitores o televisores, y reproducen las imágenes capturadas. Normalmente se encuentran fijas en un lugar determinado, y pueden estar controladas en forma remota desde una sala de control, donde se puede configurar su panorámica, inclinación y zoom. Ofrecen imágenes instantáneas, con lo cual es posible observarlas si sucede algo que requiera analizarlas en el momento. Pero requieren de una instalación por cable, por lo que este sistema resulta adecuado para una vigilancia local y más pequeña.
La segunda tecnología disponible es la llamada sistema de cámaras IP, que está creciendo mucho y ya iguala en el mercado a las anteriores. Funciona con un principio similar al de las computadoras, ya que las cámaras de video tienen un CPU y toman las imágenes en píxeles, a la manera de una cámara digital de fotos. Tienen mayor calidad de imagen y resolución, y aunque pueden ser más costosas que el sistema anterior, ofrecen una serie de ventajas: